Los retos de Fainé en Gas Natural: refinanciar deuda, luchar en Colombia y pagar dividendos
El nuevo presidente de Gas Natural Fenosa, Isidre Fainé, llega a la compañía en un momento en el que existen multitud de retos a afrontar en los próximos ejercicios para un grupo que en los últimos doce años, bajo la batuta de Salvador Gabarró, ha apostado por la diversificación y la internacionalización, logrando duplicar los clientes hasta los 24 millones en una treintena de países y ampliar su plantilla hasta los 20.000 trabajadores.
Entre los principales hitos de Gabarró destacan la consolidación de la posición de la empresa en Europa, abrir el mercado de Gas Natural Licuado (GNL) en Asia y firmar el primer contrato de aprovisionamiento con Estados Unidos. Además, en 2009 se produjo la fusión entre Gas Natural y Unión Fenosa que ha dado lugar a uno de los principales grupos energéticos del planeta.
Sin embargo, la refinanciación de la deuda, la crisis de sus filiales en Colombia y Chile o el contencioso que mantiene con el Estado por las subvenciones a la renovables son elementos sobre los que tendrá que lidiar Fainé para mantener la confianza de los accionistas presidiendo un nuevo consejo en el que el reparto de poderes ha cambiado.
Ahora ya no es Repsol el único segundo accionista de referencia tras la entrada del fondo norteamericano Global Infraestructure Partners (GIP) con el mismo porcentaje de capital que la petrolera (un 20%) y disponer de la misma cantidad de sillas en el consejo de administración (tres, frente a las cuatro de Criteria, el holding de participadas de Fundación Bancaria La Caixa).
A partir de ahora, el pacto parasocial que mantenían Criteria y Repsol para tomar todas las decisiones importantes en materia estratégica es papel mojado. En su lugar el consejo de administración ha elaborado un nuevo reglamento que obliga a aprobar por mayoría reforzada las operaciones de compra-venta de activos, el presupuesto anual, la política de dividendos y el plan estratégico plurianual.
Esto supone, como ya avanzó OKDIARIO, que el fondo GIP no tendrá un simple papel testimonial en el consejo como inversor financiero, sino que participará en la gestión. De hecho, su visto bueno a la llegada de Fainé fue uno de los puntos clave del acuerdo para entrar en Gas Natural Fenosa durante las negociaciones con los otros dos principales accionistas.
Una de las cuestiones más acuciantes para el grupo energético español es la amenaza de expropiación de una de sus filiales en Colombia, Electricaribe, ante los problemas del servicio que proporciona la empresa y los continuos apagones, que han llegado a producir altercados que han terminado con victimas. El Gobierno colombiano exige a la filial de Gas Natural invertir 630 millones de euros en infraestructuras para mejorar la calidad del servicio. Esta empresa, de la cual Gas Natural Fenosa posee un 85% del capital, aporta 258 millones de euros al beneficio operativo (ebitda) del grupo, por lo que están en juego casi 1.000 millones de euros.
Para responder a las acusaciones, el equipo jurídico del grupo español va a demandar al Estado de Colombia por incumplimiento de contrato, considera que la legislación y las tarifas aplicadas por el Gobierno son las causas que de verdad explican que haya empeorado el servicio prestado por su filial. Es decir que las deudas y pérdidas acumuladas por la empresa son responsabilidad directa del Ejecutivo colombiano.
Sobreexposición a Chile, donde es el operador de referencia
Otro de los focos en los que se va a centrar el nuevo consejo de administración es su sobreexposición al mercado chileno, que puede pasarle factura en sus resultados anuales. La compañía española decidió a finales del pasado año elevar la participación que tiene en la empresa gasista local Metrogras, alcanzando el 60,2% del capital. El desembolso de la operación alcanzó los 116 millones de euros, un precio que los analistas consideraron elevado tras el empeoramiento de la economía de Chile, que obligado al ministro de Hacienda a aumentar las emisiones de deuda pública y a realizar la primera restricción presupuestaria desde 2003.
El semanario británico The Economist publicó a finales del pasado año un reportaje sobre la economía de Chile, en el que planteaba que “ya no es un modelo de crecimiento en América Latina”. Según el semanario británico el enfriamiento es un hecho y los próximos años serán difíciles para las empresas que estén situadas en el país, donde Gas Natural Fenosa es el operador de referencia.
Reclama al Estado 400 millones en la Audiencia Nacional
En España, el grupo tiene abierto un contencioso contra el Estado, contra el que ha presentado una demanda en la Audiencia Nacional por su responsabilidad patrimonial en el impacto que ha tenido la expulsión de las centrales térmicas de gas del mercado. La gasista reclama 40 millones de euros en concepto de indemnización por la distorsión generada en el mercado eléctrico con las subvenciones masivas a las energías renovables justo cuando la demanda bajaba.
La política energética puesta en marcha en 2005 provocó que las instalaciones de generación de ciclo combinado (las centrales térmicas de gas) pasaran de suministrar el 34% de la electricidad nacional al 10% actual.
Refinanciar deuda e invertir 14.000 millones de euros
En materia financiera, Fainé debe afrontar los vencimientos de deuda que se van a producir en los dos próximos años y que la agencia Bloomberg cifra en 5.700 millones de euros, el 32% de su pasivo. Quizás este es el menor problema que tiene el grupo energético, ya que la asistencia financiera del Banco Central Europeo (BCE) ha reducido los tipos de interés y, con ello, el coste de la deuda, lo que va a permitir a Gas Natural Fenosa refinanciarse sin dificultad, De hecho, estos vencimientos pueden ser una oportunidad de mejora, porque según indica UBS el beneficio por acción de la compañía durante el periodo 2016-2018 podría elevarse un 10% gracias a esta reducción de los costes financieros.
El pasado mayo, Gas Natural Fenosa presentó un plan de inversiones que podría ser revisado con la nueva composición del consejo. En concreto, el grupo quiere destinar 14.000 millones de euros a redes de distribución y en una mayor capacidad de generación de energía. El grueso del dinero se destinará a Latinoamérica y España, aunque la compañía también plantea saltar a mercados emergentes como India e Indonesia. Además, el grupo quiere repartir un dividendo de 7.000 millones de euros hasta 2020.
Las cuentas no salen: el beneficio semestral cae un 14%
Con este plan, Gas Natural Fenosa quiere lograr un beneficio de 1.600 millones de euros en 2018, con un resultado operativo (ebitda) de 5.400 millones. Para 2020, las ganancias estimadas serán de 1.800 millones de euros, lo que supone un aumento del 20% respecto a los del cierre del pasado año y una deuda neta de 15.600 millones de euros. Finalmente, el plan estratégico incluye una reducción de gastos de 220 millones anuales, aunque descarta que el foco se ponga en la reducción de la plantilla.
Este plan es demasiado optimista a tenor de los resultados semestrales presentados por Gas Natural Fenosa al cierre de junio. El grupo obtuvo un beneficio neto de 645 millones de euros, lo que representa un descenso del 14,1% respecto al mismo periodo del año anterior. Pese a que el grupo energético justifica parte de la caída por el efecto de la depreciación de las divisas y de los impactos positivos no recurrentes, la caída del beneficio sin tener esos factores en cuenta seguiría siendo del 6,5%.